Hace ya más de 10 años que comencé a ayudar como entrenador en algunos equipos de mi club en la Palma del Condado, que todos conocemos como un club referencia en cuanto al bien trabajar. Desde entonces ya ha llovido algo, pero siempre me propuse ejercer una de mis vocaciones, la formación integral de los jóvenes. Y cuando digo integral me refiero en todas sus facetas, no solo en la baloncestísticas.
De todos es conocida ya por la liga Alevín la fama que mi equipo va sacando de equipo educado, sin haber recibido una sola técnica o antideportiva en todo el año, estoy más que orgulloso de la ética de trabajo que sacan nuestros pequeños jugadores, de su capacidad de sacrificio y sufrimiento, de la hermandad que se dan unos a otros día tras día... De los exjugadores que pasaron por mis manos, en años pasados, hay muchos de los que estoy orgulloso, hay muy buenos estudiantes y trabajadores, y todos son buenos luchadores... Pero hay uno que es mi orgullo personal, porque es un joven que se ha hecho a sí mismo a golpe de hacha y machete, luchando codo con codo consigo mismo para alcanzar lo que es hoy.
Ese joven no es otro que mi compañero (Y me enorgullece llamarlo así), colega y más aun, amigo Daniel “Virgilio” Gallardo.
Recuerdo aquel primer día de septiembre que lo conocí, era un infantil bastante pasado de kilos, bajo de moral, con voz de pito e indisciplinado al máximo. Aquel día lo puse a prueba, a él y a sus compañeros, les hice sudar mucho, y Dani se fue llorando a casa, pero volvió, y a la siguiente semana, y todo ese año no faltó a un solo entrenamiento. Leyendo esto algunos dirán que aun no ha cambiado... Fuera de bromas viéndolo ahora, entrar en la dinámica de nuestro equipo Senior, primer entrenador de un equipo federado, y sobretodo, seguir estudiando con la tenacidad de un castor me hace sentir que sí sirve de algo el trabajo.
Y es sobretodo viendo como forma a nuestras pequeñas jugdoras, donde más feliz me siento, pues observo que el trabajo que yo un día hice con él se ve continuado hoy en su labor. Es posible que dentro de varias generaciones más, veamos un resultado real y sobretodo motivos para la esperanza en las nuevas generaciones, que vuelva toda esa limpieza, tenacidad y trabajo duro a nuestro deporte, será la mejor de las noticias.
Yo al menos siento ganas y fuerzas para seguir trabajando al ver a Daniel Virgilio dejándose el alma día tras día en nuestro polideportivo; Finalmente decirle a Dani, que seguro que sus pequeñas jugadoras en dos o tres años van a ser un auténtico equipazo, al igual que El es un pedazo de entrenador; sigue aprendiendo y trabajando, y escucha a los de tu alrededor.
Y bueno ahí os dejo mi testimonio, por si a alguien el esforzarse lo tiene desmotivado, solo te va a servir trabajar más, así que señor@s, ¡Al lío que solo el trabajo nos vale!
Fdo. Guillermo Alias
